En 1946, Banfield fue campeón de la Segunda División. En 40 partidos jugados, ganó 29, empató 8 y perdió 3, con 124 goles a favor y 48 en contra, sumando 66 puntos y superando por 14 al segundo que fue Gimnasia y Esgrima de La Plata. 

En 1947, el Taladro volvió a la Primera y terminó apenas dos puntos arriba de Atlanta, que descendió. Entre 1948 y 1950, el Taladro fue ascendiendo en la tabla de posiciones, al final de cada torneo. El plantel se iba mejorando año a año, nutrido por un lado, por las incorporaciones y por otro, por el surgimiento de jugadores de las divisiones juveniles. 

Para el torneo de 1951, Banfield tenía un gran equipo y desarrolló un torneo de excelencia. impensado en aquellos años, para un club de menores recursos y posibilidades, ante los ya poderosos de aquellos tiempos. Banfield terminó primero, con iguales puntos que Racing, aunque con mejor saldo de goles. De todas formas, debió jugar una final, con dos partidos, para la obtención del campeonato. Luego de un cero a cero en el primero y un cerrado empate en el segundo, hasta los minutos finales, en que los de Avellaneda marcaron un gol y así terminó el partido. Banfield fue el sub campeón, pero hasta para la mismísima Evita, fue el campeón moral.  

Aquel gran torneo del 51’ sirvió para que los equipos poderosos, tanto de Argentina, como del exterior, pusieran sus ojos en el Taladro y entre el 52 y 54, le fueron comprando los mejores jugadores, hasta desmembrarlo casi completamente. Al final del Torneo de 1954, Banfield terminó último y se encontró con el Descenso. Don Florencio Sola ya había anunciado que a finales de 55, dejaría la actividad pública, tanto en lo empresarial, como lo deportivo y ello implicaba la renuncia a la presidencia del club. Así mismo, anunció que no iba a intervenir en su sucesor y llamó a elecciones, para que los socios eligieran al nuevo Presidente. Aquellas fueron las Primeras elecciones para todos los socios, que tuvo Banfield y se inició una era democrática, que dura hasta nuestros días.