UNA CAÍDA NO SIEMPRE ES CAÍDA

Los pibes de Banfield cayeron frente a Talleres, pero se llevaron un aprobado: no merecieron perder, pusieron al escolta en aprietos y hasta lo pudieron empatar en el final.

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Nunca nadie quiere perder, pero siempre hay matices. Formas y formas. La del duelo en Córdoba es una totalmente aceptable. El Taladro se juega una gran chance para clasificar a la fase de grupos de la Libertadores, el miércoles, y el DT decidió poner un equipo con muchos juveniles. 

En ese contexto, la derrota fue una victoria. Porque los pibes siguen creciendo y cada vez están más afianzados. Banfield no lo mereció perder, hizo un buen partido como visitante, ante un rival que pelea arriba, y casi lo empata en el final, por su insistencia. El gol de penal, convertido por Lucas Olaza, fue demasiado premio para un Talleres que no le encontró la vuelta al piberío del albiverde.

Para destacar, la personalidad de Facundo Altamirano en el arco, casi como revalidando que los tres palos del Taladro tienen guardianes asegurados por años. Siempre, Julián Carranza. El pibe pide pista y ya es un reemplazo fijo para los titulares del ataque. Ahora, también surge la figura de Maldonado. Sin embargo, sin desesperarse y con paciencia, lo más importante es que hay futuro y está a la vuelta de la esquina.

Publicado el: 11/2/2018

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