BALANCE FUTBOLÍSTICO DEL 2021

Se termina el año 2021, qué para Banfield, tuvo momentos positivos y otros no tanto, o según sea el cristal con que se mire.

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Si hablamos de la Copa Diego Armando Maradona, no faltará quien diga que hablamos del pasado. Aunque la verdad, es que Banfield jugó una final contra Boca, que perdió en los penales y jugó otra contra Vélez, a quién derrotó claramente y clasificó a la Copa Sudamericana de 2022.

Luego jugó dos ediciones del torneo de la Liga Profesional del Fútbol Argentino, casi sin objetivos por alcanzar. Torneos sin descenso, ya clasificado a una Copa Internacional. Hasta hoy, nadie se atreve a dar las razones exactas, de por qué un equipo que alcanza un objetivo, naturalmente deja de tener las motivaciones que lo llevaron a eso.

En la primera parte del año, un torneo sin refuerzos, buscando darle minutos, a los juveniles del club, para lo que vendría en el 2022. Por un punto, Banfield quedó afuera de las instancias finales. Ganándole a Racing, Lanús y River; atravesando casos de COVID-19 y jugando con chicos de reserva, cuarta y quinta división.

En el segundo semestre, vino una sucesión de malas. La lesión de Alejandro “Colo” Cabrera, en el mismo partido donde se perdió con San Telmo y llegó a su fin, el sueño de otra Copa Argentina. 

En esta última edición de la Copa de la Liga, la del Torneo Socios, la pelota nos jugó una mala pasada, no queriendo entrar. Fecha tras fecha, nos persiguieron los empates. Contra Talleres de Córdoba, debimos marcar dos, tres, cuatro goles en el primer tiempo. No se pudo y en la segunda mitad, nos embocaron y perdimos. Muy pocos triunfos y algunas derrotas. Javier Sanguinetti, nuestro querido y emblemático “Archu”, no encontró la manera de dar vuelta la pisada. Y tras el partido con Huracán, con una derrota 1 a 4, que no reflejaba para nada, la realidad del partido. Algunos fallos en defensa, hicieron la diferencia.

Luego, vino el interinato de Hugo Donato, frente a Godoy Cruz. Y en tiempo récord, se consiguió la contratación de Diego Dabove. Este hecho, no es menor. Porque otros equipos, también se quedaron sin técnico, pero no les fue tan fácil encontrar reemplazante. La propuesta convenció a Dabove, que no dudó en aceptar. 

Y empezó la era de Diego Dabove. En solo siete partidos, a los que el nuevo DT llamó “siete finales”, no se podía cambiar todo un año.  Pero tras un buen comienzo, dando vuelta un partido contra Vélez, que venía de varios sin perder; un triunfo agónico contra Gimnasia, que venía en remontada; luego se cayó ante Aldosivi, en el propio “Lencho” y parecía que todo se venía abajo, nuevamente. Concluyó en otros cuatro partidos, con tres empates y una victoria.

Dabove es un técnico trabajador, sin dudas. Con la ambición de volver a mostrar sus mejores momentos, como en la Paternal y en Mendoza. Y en los últimos partidos, aunque por momentos, se empezó a notar su impronta.

En definitiva, el año 2021, que empezó con tantas ilusiones, a un penal de ser campeones, terminó con más penas y olvidos. Pero algo dice que “de lo bueno, hay que sacar todo; y de lo malo, rescatar lo mejor.” Habrá que evaluar todo lo que pasó, revisar una y otra vez, cada partido. La actuación de cada uno de nuestros juveniles, los que sumaron minutos, y aunque cometieron errores, se pueden corregir.

Se viene un año, con expectativas e ilusiones. El técnico, ya conoce el plantel y todos y cada uno de los jugadores. Regresará Cabrera, con su calidad y su clase. Sumado la reciente llegada de Domingo. Hay que recuperar al mejor Galoppo. Cruz, no se puede haber olvidado de lo que mostró en antes y confirmó después. Jesús (Dátolo), siempre nos aportó su magia y sería bueno que lo siga haciendo. El año que se termina, no puede ser tirado a la basura. Hay que dar vuelta la pisada.
 
Vamos a soñar con un gran año 2022. Y depende de todos nosotros, hacerlo realidad.


Por Marcelo Silva Larregui.

Publicado el: 23/12/2021

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