LEVANTAR LA COPA Y BRINDAR POR LOS 125 AÑOS

¿Se podría reunir a un tatarabuelo, un bisabuelo, un abuelo, un padre y un nieto?

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Creo que sería casi imposible, entendiendo que una generación se extiende por espacio de 25 años. Igualmente “casi imposible”, sería reunir la historia de una institución que nació hace 125 y que ha dado pruebas suficientes, para demostrar que se trata de una misma familia.

Desde que Edward Banfield, prestara su apellido para darle nombre a una estación de tren, hasta el niño o la niña, que nacerá el próximo jueves 21 de enero y que su padre, su madre, su tío o su abuelo, hagan socio/a del Taladro, habrá pasado una extensa y rica historia. Tan extensa en el tiempo, como imposible sería reunir, a cinco generaciones de seres humanos.

Banfield no es el club más viejo del mundo, pero tal vez muy pocos, puedan contar una historia tan excitante de ser revivida. Por lo pronto, en Argentina, nadie puede exhibir títulos de campeón conseguidos por un solo club, en el Siglo XIX, XX y XXI. Pero si cada uno de los campeonatos logrados, de Primera o del ascenso, no alcanzaran, la historia de Banfield no siempre fue de éxitos. Aunque provoque dolor recordarlo, es bueno saber que nuestro club, no una, sino varias veces, estuvo a punto de la desaparición. Y cual “Ave Fénix” resurgió de entre las cenizas y nuevamente se puso de pie.

Recordar en una nota, a los muchos que hicieron, día a día la historia de Banfield, sería olvidarnos de muchos más. Pero sin dudas, que todos y cada uno, hicieron lo suyo, para transitar estos “primeros 125 años”.

Dicen que “lo clásico” es aquello que trasciende más allá de una moda. Y Banfield, tiene más clásicos, que modas. Sobre todo, si nos referimos a nuestros vecinos de Lanús. Pero además, la Copa de Honor de 1920, cuya final se jugó en el 21 y que va a cumplir cien años y se sigue discutiendo o la final de 1951, contra Racing, que se perdió en la cancha, pero se ganó “moralmente”. En aquellos años, llegar a donde Banfield llegó, ya era un triunfo. Si a ello le faltara algo, la elección de Doña Eva Duerte de Perón, “Evita”, a favor de “los del Sur”, le dio otro toque maravilloso.

Pero eso, no es todo. ¿Y el estadio? El Florencio “Lencho” Sola, que en su momento, fue un hecho destacable. Ningún club, similar al nuestro lo tenía, ni lo tiene. Y algunos “grandes”, tampoco. Pero si eso fuera poco, se siguió modernizando y actualizando. Y todavía es reciente, el quitado del “alambrado” y convertirlo así en el primero de Argentina, en esa materia. Y si quiere algo más, pero bien, bien reciente. La cancha, se bancó dos partidos de la Primera División, el sábado y el domingo, y lucía cual fiel del “primer mundo”.

A esta altura de la lectura, usted me dirá que todavía es poco. Bueno, le recuerdo el invicto de local. Fueron 49 partidos sin perder, en esa condición y un récord que nadie más, en el fútbol argento, puede exhibir. Y si de imbatibles, le hablo del 13 a 1 a Puerto Comercial, y de los 7 del “Juanchi” Taverna, en un solo partido.

Banfield es de esos equipos que tantas veces perdieron “la categoría”, pero una vez más, regresaron a Primera. Hay grandes de la AFA, que no han podido, y es difícil que puedan, volver a lo más alto. ¡El Taladro, sí!

¿Y el Predio de Luis Guillón? Perdón, el Campo de Deportes, Dr. Alfredo Palacios. Guillón es un orgullo para los banfileños. Pero si quiere más, es motivo de admiración de tantas y tantas personalidades del fútbol y del deporte de todo el mundo, que llegan hasta allí. Pero eso no es todo. El Predio es esa fábrica de cracks, que tanto nos hincha el pecho y nos hace mirar tantos partidos de fútbol y poder expresar “ese salió de Banfield”, “ese salió de Luis Guillón”, o esa marca ya registrada: ADN banfileño.

Banfield, en estos “125 años”, en este “siglo y cuarto”, o como me gusta decir, en estas “doce décadas y media”. Si alguien escribiera esta historia, no alcanzaría acotarla a un número de tomos de enciclopedia. Pero hay algo todavía más valioso que la historia, ya vivida. Y eso, está en la historia, en los años y en los tomos, que todavía nos queda por escribir.

Por eso, a las cero hora del próximo jueves 21, todos juntos, como familia que somos, levantemos la copa y brindemos por los 125 y por los muchos próximos que nos quedan por delante. Porque como dice una tradicional canción, “Tantas veces me mataron, tantas veces me morí, sin embargo estoy aquí”, tan vivo, y tan glorioso.

Por todo esto, Felices 125 años, hermoso y divino Banfield; grandioso y majestuoso, dueño del Sur.

Salud!!!

 

Por Marcelo Silva Larregui

Publicado el: 21/1/2021

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